miércoles, 2 de septiembre de 2009

Dormir y soñar

Ultimamente sueño mucho, muy lleno de detalles (como siempre), pero sé que sueño mucho más. Por lo general, y a diferencia de siempre, al despertar, aún cuando trato de retenerlo, el sueño se me diluye entre los imaginarios dedos de mi cerebro conciente.
A veces mi socio me pregunta a la tarde o a la noche "¿estás mejor?" y yo nunca recuerdo lo que hablamos a la mañana.
Para amanecer ayer creo que soñé que me moría, no estoy segura, sé que era algo parecido. Mi socio me preguntó qué me pasaba, parece que tenía cara de asustada, yo le dije que había soñado horrible, pero como sostengo la superstición de que si uno cuenta su sueño en ayunas, se cumple, pues no le conté, y obvio, no lo recuerdo.
Casi nunca tengo nada parecido a lo que llaman insomnio. Creo que puedo contar con los dedos de una mano las ocasiones en que me despierto y ya no puedo volver a dormir. No siempre se relaciona con problemas externos.
Anoche desperté completamente lúcida aproximadamente a las 4.30 a.m. Realmente no estaba pensando nada, pero no podía volver a dormirme. Me fui de la habitación para no molestar, me senté en un sillón y me fumé un cigarrillo. Volví a la cama y sé que dí vueltas hasta las 6.30 que se levanta mi socio. Luego me dormí.
Y el reloj se complotó conmmigo, y se le terminó la pila, y en lugar de despertarme a las 10, desperté al mediodía, notando que mi despertador está muerto, y que finalmente había dormido y descansado. Ahora sí que no tengo idea de qué soñé.

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