martes, 25 de mayo de 2010

Te voy a extrañar

Te voy a extrañar, querida Moni, te fuiste así, sin aviso, sin que tuvieras que irte, sin que se lo podamos contar a Mutti, te fuiste. Moni, te recuperé de una forma fantástica, siendo solidaria profundamente, como siempre fuiste, pero en un momento en el que yo lo necesitaba absolutamente. Me duraste poco, querida prima, espero haberte llegado a dar al menos una parte de lo que merecías recibir. No te voy a olvidar. Te quiero muchísimo.

viernes, 21 de mayo de 2010

Hace 3 Días

Otra vez me encuentro de pie, sola, en un pasillo aséptico, con médicos y enfermeras yendo rápido de un lado al otro, sabiendo que Ella quizá haya gastado su cuota de suertee, su cuota de milagros.
Parada, vestida para una ocasión que no es ésta, con las manos y los hombros ocupados por sus pertenencias, esperando que la vorágine permita que alguien encuentre una bolsa de plástico para disponer de mis manos.
Mirándome de pronto en el reflejo de una puerta de vidrio, seria, no preocupada, sin llegar a sentir miedo, pero totalmente perdida, necesitando que alguien me indique qué, hacia dónde, cuándo. Inmóvil y casi con ganas de reirme de mí misma, impactada por esa imagen que se me refleja, casi más que por lo lo que sucede en esa sala a dónde la llevaron.
Otra vez avisando al personal de la facilidad y rapidez con que se le instalan los estados  confusionaales, autorizando - casi solicitando - que la seden y la aten, como si fuera lo natural, lo habitual y lo correcto.
Las salas de espera de una terapia intensiva no debería transformarse para nadie en lo natural, lo habitual y lo correcto.
El frío de afuera se te mete adentro, y este ambiente aséptico te lleva a moverte y sentirte igual, fría, neutra, en piloto automático consciente, que termina siendo la mejor manera de atravesarlo.
Un día son dos años, y de pronto me encuentro deseando haber llegado a esa situación que requería que yo estuviera elegante, mientras en simultáneo recuerdo que no tenía ganas de ir. Me vestí, me pinté, me arreglé para llevarla a una terapia intensiva. Hoy, en cambio, me visto para la ocasión.
Y todo el tiempo lo único que realmente quiero es estar en mi cama, con el piyama y los zapatitos de dormir, tapada hasta la nariz con las frazadas pesadas de esta temporada, sin otro pensamiento que el deseo de que mi gata se termine de acomodar y me deje de molestar.
Esperame almohada, te prometo que llego pronto, al menos, en algún momento, pero llego. Es la única certeza que tengo.

miércoles, 12 de mayo de 2010

de Madres e Hijas

Una vez que Ella está a salvo en su guarida, el resto de la gente le dice a ella, que es muy buena hija, que Ella tiene mucha suerte de tenerla a ella.
ella se enfurece al escuchar ésto. En realidad no sabe muy bien por qué.
Piensa por momentos que quien se lo dice desearía que si algo así le sucediera, alguno de sus hijos actúe así.
En otros momentos cree que esas palabras le producen éste efecto porque para ella ésto es un padecer al que se ve sometida, y no un logro o alguna acción que amerite reconocimiento.
A ratos siente que está enojada con Ella por someterla una y otra vez a estas situaciones. Evidentemente Ella nunca sabrá lo que ella siente, básicamente porque no le importa. Como para Ella es natural atravesar estas situaciones, en ningún momento piensa en qué le provoca a los demás, ni siquiera a ella, que DEBE estar a su lado para solucionar cada una de las dificultades que se van presentando, de modo que Ella esté bien.
Creo que ella siente un poco de envidia de Ella, de que Ella pueda entregarse totalmente a que otro tome el volante, aún cuando el otro no tenga ninguna gana de hacerlo.
... parece que sería largo de explicar y de entender....

Todo pasa y todo queda

Bueno, algunas de las cosas terribles que tenían que pasar, ya pasaron.
Otras, que hacía falta que sucedieran, comenzaron a suceder.
A veces, cuando uno está en un remolino en el mar, mirar el muelle por un instante ya representa casi estar fuera.
A veces, estos comenzares son zambullirse en un remolino.
Eso, lo sabremos cuando suceda.
Mientras tanto, como dice mi socio, cada día es adaptarse a algo diferente, y ese algo diferente está en uno y no en el afuera, lo que provoca que alguien como uno sufra mucho los cambios.
Quizá no sea realmente un torbellino, quizá he pasado más tiempo en la laguna que en el mar últimamente.
Cruzaremos el puente cuando lleguemos a él.

sábado, 1 de mayo de 2010

De Madres e Hijas

Ella tiene que ingresar de nuevo a esos edificios blancos, asépticos, profesionales e impersonales.
Ella tiene que volver a entregar su cuerpo a la ciencia para poder seguir viviendo.
Ella no tiene miedo, no se siente insegura, en realidad ella piensa que Ella no tiene registro de sus sentimientos.
Es lógico que Ella no tenga miedo, no recuerda lo peor de la última temporada, afortunadamente, sin duda.
Pero ella sí tiene miedo. A ella todos le dicen "va a estar todo bien", "todo va a salir bien". A ella todo esto no le dice nada.
ella recuerda mucho, demasiado, de la vez anterior, y recuerda sobre todo la soledad y la desesperación de tener que tomar decisiones en lugar de Ella, para Ella y por Ella.
ella sin duda espera y desea que todo sea como les dijeron, que no haya ninguna complicación, sin embargo, hay un lugar, muy cerca del estómago de ella, donde le brotan tan patentes los sentires diarios de la estadía anterior, que inclusive se encuentra contándoselos a Ella, quien, obviamente, sin disimular nada, cambia de tema.
En fin, que a partir de mañana, ella espera que los recuerdos de esos edificios blancos se vean modificados por la experiencia actual.

Estaciones

Si bien estamos en otoño por acá, el árbol de la puerta de casa tiene sólo dos estaciones: pelado o con hojas.
Ok, entre una y la otra, en otoño decide cambiar de color durante una semana, antes de quedarse pelado, y en primavera las ramas peladas echan una especie de pequeños brócolis de los que, en otra semama más se llenará de hojas.
Ahora estamos en los pocos días amarillos, hermoso, como podrán ver: