jueves, 19 de mayo de 2011

Una semana entre una manada de hembras

Intensa, la Jungla, como siempre
esta vez, disfrutando de la particular diferencia de incluirnos y ser aceptadas por una hermosa mezcla de fieras hembras, algunas cachorros de puma, algunos teros, alguna vieja lechuza, varias cachorritas de tigre...
la fiereza, la suavidad, la vulnerabilidad mezclada con esta capacidad que las hembras desarrollan par poder tener crías y cuidar de ellas, este equilibrio sutil entre el zarpazo y la disposición de lamer las heridas, propias y ajenas...
llenas de emoción transitamos este paraje de la Jungla, llenas de sentimientos, de lágrimas, de afirmaciones muy serias respecto a la forma en que se paran sobre sus patas, sus garras, sus suaves pezuñas de cervatillas...
una delicia, una responsabilidad enorme, recibir tanto, tanta intensidad emocional, tanta entrega, tantas ganas, tanta confianza, tanta apertura...
mientras tanto, discutir con cerdos y vacas que simulan tener un espacio que les corresponde en la Jungla, mientras uno nota que lo que no es del mar, en este caso, el mar debería haberlo escupido hace tiempo.
En fin, que la vida no es fácil en la Jungla, que acercarse y adentrarse lleva, curiosamente, a tomarle cariño a las fieras, particularmente a las pequeñas y jóvenes hembras, a sentir el deber de contribuir a cuidarlas.
Gracias, querida Jungla, por permitirnos cruzar la frontera y quedarnos dentro el tiempo suficiente para que nosotras, pequeños animales domésticos, podamos aprender de las fieras, podamos establecer vínculos de cariño con ellas, y quizá, espero, corresponde, deberíamos, poder cuidarlas.

domingo, 8 de mayo de 2011

Big Brother is watching you

Y sí, la creatividad humana afortunadamente no tiene límites.
Para muestra, un botón:

Marcadores de tiempo

Hace como diez mil cien kilómetros, estábamos en Entre Ríos.

Al menos pudimos ver el mar...

Y sí, el mar, a pesar de todo, siempre sigue estando ahí...

y no cualquier playa, que es de categoría eh?

martes, 3 de mayo de 2011

Corresponsal de Guerra

Como el trabajo de mi Socio está justo frente a uno de los lugares donde quemaron trenes, logramos estas maravillosas fotografías, sumadas al relato (que contradice la versión "oficial") de que había un tren lleno, esperando por mucho tiempo, hasta que avisaron por los altoparlantes que no iba a salir.
Cuando llegó el tren siguiente, venía repleto, desbordándose de pasajeros, por lo que quienes quedaron en la estación estaban a los gritos. Un muchacho de entre ellos, aprox. 27 años, entró a un vagón del tren que no salió, y prendió fuego a un asiento. Mi Socio afirma que fue impresionante lo rápido que tomó fuego todo el vagón.