viernes, 25 de marzo de 2011

Ella Camina

No sabe el nombre de la calle, básicamente porque ni siquiera ha levantado la vista de los baldosones de la vereda desde hace un rato largo.
No sabe cuánto tiempo hace que camina, no piensa en eso. En verdad no piensa en casi nada.
Comenzó a caminar cuando viajaba en un colectivo que nunca antes había tomado, por lo que no sabía por dónde iba y desde las ventanas no reconocía nada de lo que veía, y de pronto sintió la necesidad, la urgencia, la inminencia de bajarse. Se levantó, tocó el timbre y se bajó sin tener idea de dónde estaba.
Es verdad que en esa época había muchos lugares en los que ella no sabía donde estaba.
Caminó y caminó. En realidad no recuerda nada del camino. No tiene noción de cuánto tiempo pasó, ni por dónde caminó.
En un momento, miró alrededor. Lo único que pudo distinguir era que había anochecido, que estaba en una avenida, y que no sabía ni dónde estaba, ni cómo hacer para volver a lo que entonces era su casa.
Tuvo una idea, buena realmente, y entró en un bar, y se acercó al mostrador, y compró una de esas extrañas monedas ranuradas que entonces se llamaban "cospeles", y fue al teléfono público y marcó el mismo teléfono al que había llamado el día que llegó "acá".
Le dijo al que atendió el teléfono que estaba perdida, y él, bien pragmático siempre, le preguntó el nombre de las calles que formaban la esquina donde se encontraba el bar. Ella dijo "Lavalle y Callao".
Hoy se ríe al pensarlo. Quién se pierde en un lugar tan céntrico como "Lavalle y Callao". Además ya tuvo que pasar más de cuatro meses en la sala de espera de la terapia intensiva del sanatorio que está en esa esquina.
Pero entonces estaba perdida.
El le dijo que camine por Lavalle en el sentido contrario a los autos, hasta llegar a la Av. 9 de Julio, "reconocés la 9 de Julio?" preguntó.
Hoy se ofendería, pero entonces afirmó, "sí, gracias". Hoy también se pregunta cómo hizo él para no reirse.
En vez de eso, él le dijo que al llegar a la 9 de Julio, caminara hacia la derecha, que pasaría el Obelisco, y ahí ella sabría reconocer dónde era que estaba viviendo.
Así que ella se puso nuevamente a caminar, tal como le había indicado. Encontró que la 9 de Julio estaba mucho más cerca de lo que su imaginación podría haber concebido, particularmente con esa sensación de estar en Karajoistan, y dio vuelta a la derecha, y vio el Obelisco, y siguió caminando hasta entrar con enorme alivio al edificio donde vivía.

Fenómenos de la naturaleza

Si uno lo cuenta, parece mentira, y aún me reprocho no haberlo filmado, teniendo ahora toda la tecnología para hacerlo en el momento.
El martes pasado, a eso de las 11 de la noche, mirando TV con mi socio, entran por las ventanas del jardín, primero 3 mariposas de noche, luego 8, luego 25, luego un montonazo!!
Al principio estábamos sorprendidos, algunas se tiraban directamente a la lámpara de pie, y comenzó a oler muy mal.
Luego me fue dando horror y asco.
El living estaba lleno de ellas, mi socio decía "cambió el viento", mis bigotones coludos cazaron unas 5 y después se aburrieron, yo no podía creer lo que estaba pasando.
Digo, he visto venir esas libélulas grandes que llaman "aguaciles" que vienen en malón antes de una tormenta; he visto juntarse un montón de esos bichitos verdes que parecen grillos pero chiquititos, que los atrae la luz. Pero nunca había visto algo así.
Como era claro que las lámparas las "convocaban" a juntarse, prendimos las luces del jardín, la del patio interno, abrimos bien las ventanas y puertas, y apagamos las luces de adentro.
Al principio, a oscuras y con esas mariposas, palomillas, polillas (o como quieran llamarles), dando vueltas alrededor de uno, rozándonos al pasar, me sentía como Jodie Foster en "El Silencio de los Inocentes", encima estaba intentando comerme un yogur que había metido en el freezer.
Un asco.
Al rato, cuando decidimos irnos a dormir, cerramos todo.
El poste de luz del jardín estaba tapizado de ellas. En la habitación había unas 4.
Al día siguiente había 3 muertas en el descanso de la escalera, 5 en el living. Saqué por la ventana de la habítación otras 4. En la lámpara de pie, había cadáveres de más de 30.
En fin. Pregunté a vecinos, a nadie le había sucedido.
Rarísimo.

sábado, 19 de marzo de 2011

Gato Negro (de mis 18 años)

Hay días en que hasta el pelaje de mi gato negro se pone polvoso; eso me indica que ha llegado el momento de ventilar mi cerebro. Entonces, corro bien las cortinas para dejar entrar el sol en mi departamento, riego las plantas, y, a la vez que apago el tocadiscos, imagino que abro las dos orejas y dejo salir las ideas que hace tiempo comenzaron a amodorrarse.



Acaricio al gato, quien me mira como si no entendiese, yo sé que sí entiende, sólo espera que yo le explique con palabras, y dejo de pensar en la escuela, las partituras, y mis padres, tan lejos, por cierto.


A veces aprovecho el estado de ánimo para salir a caminar, es saludable dejar que el mundo entre a mi cabeza. Uno mira la gente, su mirada tan ausente al pagar el pasaje de un colectivo. Trato de imaginar su vida, su casa, su familia, trato de no pensar en la mía, a pesar del bien que me haría su presencia, pero no me siento sola.


En días como este, trato de no ver a mis amigos, pues, aunque parezca contradictorio, no me dejan relajarme. Con ellos necesito estar pensando todo el tiempo, inventando en el momento preciso, respuestas precisas a preguntas filosófico - existenciales angustiosas e interminables. Ellos siempre creen que yo estoy bien conmigo, que ya me encontré a mi misma, yo no se a que querrán referirse.


Trato además de comer algo suave, que no lastime mi úlcera, pero algo suficientemente condimentado como para traerme recuerdos simples... y recuerdo la época cuando tenía confianza y podía darme el lujo de hacer un examen de conciencia, teniendo por evaluadores a dos o tres amigos.


Pero, invariablemente, con este humor, trato de no obtener conclusiones, en ningún aspecto, pues tengo la certeza de que estaría equivocada; mejor, procuro apagar la luz una vez que las frazadas me cubren totalmente, porque, a pesar de todo, creo que todavía tengo un poco de miedo a la oscuridad.

Ser evaluador de una Tesis Doctoral....

Se dan cuenta???
Hasta mi coluda psicópata me dice "largá esa Tesis! no ves que es un plomazo??"
En fin, bigotona, coluda y piquetera....

domingo, 13 de marzo de 2011

cuando no sabes a donde vas, todos los caminos te llevan

Mi socio me dice que le llama la atención la forma en que yo me engancho con los desastres de la naturaleza, dice que hay personas que miran un poco la TV y luego dicen, ah, y pasan a otro tema.
Claro, tembló en Japón, 8.9 en la escala de Richter, con tsunami y riesgo nuclear...
Una de mis hermanas del corazón me cuenta que estuvo charlando con otras amigas y que comentaban que yo soy la persona más bella que han conocido, a lo que contesto que estoy pensando ir al cirujano plástico porque me joden las bolsas en las ojeras, las comisuras de la boca, las arruguitas en el labio.
Y hay más de 100 mil personas desaparecidas en la zona del terremoto...
Mi madre aparece citada en Wikipedia, con lo que para mí significa de grosso, y a ella le cuesta entender que es más importante que si apareciera en la Enciclopedia Británica, aunque claro, yo googlé a mi madre.
Sé lo que se siente estar en un terremoto, y que se caigan las casas, y que no haya luz eléctrica, ni teléfonos, ni agua.
No sé qué va a pasar con mi oficina, o si mi oficina seguirá siendo tan transitoria como los últimos 10 años, y estará conformada con la última tecnología, como ahora, un pen drive de 8 G. y un smartphone.
Y hacía 2 semanas yo le decía a mi socio que nunca había visto un tsunami, porque, claro, cuando lo tenés encima, no se puede filmar. Y ahora lo repiten y lo repiten en la televisión, sin que yo me canse de mirarlo.
Me sigue llamando un tigre viejo, que se resiste a irse de la Jungla, y hace lo que hacen todos, me da información de trapos sucios, viejos y nuevos, como si eso me hiciera acceder al Jugador de Ajedrez, o como si se lo fuera a decir, no sé muy bien por qué lo hacen.
Y los japoneses son tan ordenados que, a 2 días del gran terremoto, están informando los horarios de los transportes que habrá, los plazos en que habrá energía eléctrica, y además, que hay un 70% de probabilidades de que una de las réplicas tenga una magnitud mayor a los 7 grados.
En fin, como decía Silvio Rodríguez, la ciudad se derrumba y yo cantando...

domingo, 6 de marzo de 2011

Estudios científicos

Explican el mecanismo íntimo de los ataques de migraña

Responderían a un desequilibrio en la excitabilidad de las neuronas de la corteza cerebral

Viernes 18 de junio de 2010
Nora Bär


LA NACION

"Soy migrañosa. Uso la palabra con cuidado porque después de una vida llena de dolores de cabeza aprendí a concebirlos como parte de mí", escribió la novelista y poeta norteamericana Siri Hustvedt, esposa del escritor Paul Auster.

El texto de Hustvedt, que describe sus auras y tormentas nerviosas, resulta singularmente preciso a la luz de un trabajo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, que lograrevelar los engranajes íntimos de esta condición que, según se calcula, afectaría al 10% de la población y a dos mujeres por cada hombre.

Utilizando un modelo de ratón modificado genéticamente para hacerlo susceptible a un tipo de migraña llamada hemipléjica, los científicos mostraron que este trastorno, lejos de deberse a causas vasculares, responde a un desequilibrio en la corteza cerebral, en la que el predominio de neuronas excitatorias por sobre las inhibitorias condiciona un estado de hiperexcitabilidad y que esta sobreexcitación es consecuencia de una alteración en los canales de ingreso de calcio de neuronas que tienen impulsos nerviosos de larga duración. El estudio acaba de publicarse en una revista internacional de alto impacto, el Journal of Neurophysiology.

"Se podría decir quela persona que padece migrañas tiene un desbalance «de base» entre neuronas excitatorias e inhibitorias -explica el doctor Osvaldo Uchitel, director del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias, perteneciente a la UBA y el Conicet, y jefe del grupo integrado por la doctora Carlota Inchauspe, Mariano Di Guilmi y Francisco Urbano, que firma el trabajo-. Es este desequilibrio el que condiciona la excitabilidad exagerada de la corteza cerebral, punto de partida de la reacción que produce el dolor de cabeza y otros síntomas asociados, como náuseas, dolor abdominal, intolerancia al ruido y a la luz, entre otros."

Uno de los rasgos característicos de la migraña es el aura, una sensación (por ejemplo, alteraciones visuales) que indica que está por sobrevenir un ataque. Según explica Uchitel, está probado que la producen descargas eléctricas descontroladas de la corteza cerebral, "que se agotan rápidamente y generan una depresión que se esparce como una mancha de aceite sobre una tela, a una velocidad de dos a tres milímetros por minuto".

Desde hace más de un siglo, los científicos veían varios puntos de contacto entre la migraña y la epilepsia (ambas presentan aura, hiperexcitabilidad y son episódicas), pero si bien para la segunda ya había modelos definidos en los laboratorios, no ocurría lo mismo para la primera.

"Como la migraña hemipléjica familiar surge de la alteración de un solo gen que dirige la síntesis del canal de calcio, uno de los controladores de la liberación de neurotransmisores, pudimos insertar esta mutación en el genoma de un ratón y crear un animal transgénico susceptible al dolor de cabeza -explica Uchitel-. Tener este modelo nos permitió estudiar aspectos básicos de la comunicación neuronal. Ya habíamos probado que, en la sobreexcitación, los canales por los que entra el calcio a las terminales nerviosas están alterados de tal forma que hay un mayor ingreso en todas las sinapsis y a la vez mayor liberación de moléculas excitatorias e inhibitorias. Sin embargo, subsistía una pregunta: si esa modificación estaba en todas las células, por qué se manifestaba como una excitación de la corteza y no como una inhibición."

La respuesta, según los científicos, es que el ingreso aumentado de calcio se da sólo en las neuronas cuyo impulso nervioso es de varios milisegundos de duración, pero no cuando dura un milisegundo o menos. "Como en algunas zonas de la corteza cerebral relacionadas con los síntomas del aura -detalla Uchitel-, las neuronas excitatorias tienen impulsos nerviosos de larga duración y las inhibitorias de corta duración, el mayor ingreso de calcio se da en las primeras y esto genera el desbalance de excitabilidad."

Estudios previos y observaciones clínicas habían mostrado que existiría un vínculo genético entre la migraña y por lo menos algunos cuadros de epilepsia. Según el doctor Alfredo Thomson, neurólogo del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro y de Ineco, ya en 2007 un trabajo de L. Deprez y colegas, que se publicó en la revista Neurology , lo ubicaba en el cromosoma 9q. "Por otro lado -afirma Thomson-, hay también una vinculación farmacológica. Cuando los ataques de migraña se dan ocasionalmente, se tratan con triptanos, pero cuando son semanales o mensuales, dos de las medicaciones más efectivas para prevenirlos son antiepilépticos." Según el especialista, la tendencia actual es evitar este tipo de ataques para prevenir trastornos vasculares en el cerebro.

viernes, 4 de marzo de 2011

mi sobrina/ahijada

Sí, esta hermosura es mi sobrina.
Hermosa y terrible.
Inteligente y mimosa.
Al que dios no le da hijos....

y la tormenta siempre pasa

Sí, llega de golpe o de a poco. Ahora, confundida con la química - propia y adquirida - de formas que a veces desconozco. Pero llega cada tanto.
Y se instala, y puede estar como ruido de mar en el fondo, acompañándote todo el tiempo, desde que despertás hasta que te dormís, y despertás de nuevo con ella presente.
Y puede golpear con la furia del mar contra las piedras, y entonces no hay más que quedarse quietita, a oscuras, rogando que pase.
Porque uno sabe que pasa, que siempre pasa, en algún momento.
Pero durante la tormenta, pareciera que se va a quedar siempre así, y uno piensa que sería mejor que le extirpen el cerebro.
Y esta vez vino rara, vino quedito, de a poco, estando días y noches, mejorando una hora con la ayuda química externa, pero volviendo, presente, presente, presente. Y luego arreció, pasando a ser tormenta en serio, no sólo marea alta.
Y cuando dura muchos días, no es que duela más, es que uno se cansa del dolor.
Y si a varios días le sobreviene la tormenta, uno vuelve a pensar - despues de 30 años de convivir con la migraña - que uno tiene un tumor en la cabeza del tamaño de un huevo.
Y despertás a las 6 de la mañana que te explota el cráneo como si fuera la cáscara de una nuez, y uno sabe que no está en condiciones de llenar una jeringa y aplicarse una inyección, pero cómo le gustaría que alguien lo hiciera...
Y después te resignás, pensás que se va a quedar para siempre, y te quedás con ella.
Pero la tormenta siempre pasa, y termina de pasar, y una mañana te despertás y sentís que hay algo que te falta, y es sólamente que el dolor no está más.
No depende de lo que uno haya hecho, lo que haya tomado, lo que se haya inyectado, sólo se va.
Todo lo que uno hace durante la tormenta es sólo para pasarla mejor mientras dura.
Pero lo peor es que, después de tanto tiempo, en el medio de la tormenta, uno se olvida de nuevo que se va, y otra vez vuelve a pensar si no tendrá que hacerse estudios para que localicen ese huevo en el cerebro.
Y lo mejor, obviamente, es que siempre pasa.