miércoles, 28 de mayo de 2008

Dolavon y Gaiman

Bueno, no importa que la sensación térmica fuese de 10 bajo cero, había que salir a pasear, no?
Así que preparamos los tiliches, incluido el equipo de mate, y ahí nos fuimos con guía YPF, a Dolavon.
Es difícil ser delicado, pueblito antiguo, chiquito, sin muchas pretenciones - salvo el edificio de la municipalidad, que viven equivocados, evidentemente -, fama de ser hermoso, con un Molino Harinero donde se puede comer todo casero y luego te hacen el paseo por el Molino; gente, no se equivoquen, es exactamente lo que yo llamaría un pueblejo. El paseo por el Molino lo hicimos en no más de 10 minutos, pero van fotos, como corresponde:
Quieren fotos del interior del Molino? Ok, ahí van, aunque les contamos que quisimos al menos comprar pan casero como para acompañar el mate, y ni eso había (aunque el restorán pintaba bien, seguro que se come rico ahí, no barato):
Lo más divertido vino después. Digo, después aún de parar en la estación de micros a tomar un cafecito y averiguar el estado de los caminos de ripio para ir a conocer las capillas galesas de la zona, de nombres impronunciables, al menos para quien no habla galés, sin duda.
Le preguntamos también a la policía, quien muy amablemente nos dió indicaciones en términos de "...recorre 1000 metros y luego a su izquierda unos 3000 metros...", lo que tardamos en comprender, pero verán que tiene su lógica.

Camino hermoso, lleno de chacras de ovejas, vacas, campos forrajeros, etc.; las capillas... bueno tendrán sus años.
En algún momento nos cruzamos con un camioncito repartidor de soda, quien fue importante protagonista en nuestro día, ya que por supuesto nos perdimos, como corresponde, eso sin contar el hecho de que hay indicaciones de cruces, pero no dicen a dónde van, o si van a algún lado.
En un punto, vemos venir un auto, entusiasmados, pensando que le podríamos preguntar, disminuimos la velocidad, sólo para descubrir que o se escondió entre los matorrales o desapareció por algún camino que para nosotros no fué perceptible, raudo como todos los habitantes de la zona, para gran sorpresa nuestra (y la consiguiente decepción).
Luego, un viejo empujando su bicicleta, boina, bombacha, alpargatas, rubio y unos ojos azulísimos que nos miraban un poco asombrado de que le preguntásemos algo, pero que muy amablemente nos dijo: "sigan derecho, no esta esquina, la próxima dan a la derecha, luego a la izquierda y ahí salen a Gaiman, como el pullman" o algo parecido, porque no sabemos si su lengua madre era el galés o el tehuelche, pero mucho no se le entendía. Igual, el concepto de esquina en ese contexto era bastante surrealista, al menos para nosotros:
En fin, hicimos lo que pudimos, en otro momento nos volvimos a cruzar con el repartidor de soda, quien nos advirtió de no seguir de largo ya que el barro no permitía el paso, y vuelta va, vuelta viene, terminamos en Gaiman, baruj ha shem.

Una vez más, Gaiman muy lindo, muy "typical", la gente maneja como en una extensión del autódromo, y como habíamos quedado de encontrarnos con Ernesto a las 17 para ir a tomar el té galés, estábamos sin almorzar, cagados de frío, tratando de inventar qué más visitar.
Caminamos, caminamos, caminamos, nos perdimos (aunque ustedes no lo crean), tomamos fotos hasta de la última tapera hasta encontrar la auténtica primera casa de Gaiman, no los vamos a atosigar acá con todas ellas, pero alguna fotito de Gaiman tiene que haber, no?
Así que con el frío de m... que hacía, recorrimos todo el pueblejo, compramos alguna artesanía, por hacer algo y escapar del frío, y luego nos dirigimos, como buenos cholulos, a tomar el té galés al mismo sitio donde lo tomó Lady Di.

Eso sí, no sólo una paquetería que excedía en mucho nuestro atuendo - que no era para la ocasión - sino que comimos como ladrón en día de visita. Todo, todo lo que trajeron, sandwichitos de miga, scones, pan casero con manteca, dulces regionales, tortas de todo tipo, con decirles que tomé té, que para quien me conoce, sabe que para mí el té es para los enfermos. Nada, que comimos como para no tener ganas de ir a cenar, y eso sin haber almorzado.
Ok, ya había anochecido, por suerte estaba Ernesto que la juega de local aunque se reafirma chaqueño, y lo seguimos hasta Rawson, sin entrar a Trelew, porque nos olvidamos de contarles, pero a la mañana, rumbo a Dolavon, al pasar por Trelew qué creen que nos pasó? ... Sí, nos perdimos!!! con mapa y todo.
Así que por suerte, esta vez ya volvimos con guía, y llegamos al hotel sanos y salvos.
Ahora estamos acá, pasándoles el reporte del día, y para envidia de alguno, mientras mi socio mira el partido, supongo que me haré un baño de inmersión con jacuzzi, que para eso pagamos suite y no habitación común.
Mañana almorzaremos en Madryn, a ver si nos sacamos el prejuicio, y ahora subiremos las fotos del camino Pirámides - Madryn - Playa Unión, olvidando el incidente del encaje en la arena y el ACA, ya que los paisajes son hermosos.
Besos a tutti.

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