sábado, 22 de septiembre de 2007

Querido Pepe


Se cumplió ya un mes de que dejamos tu cuerpo.

Estuve en tu casa, con tu mujer, tu hija y tu nieta. Por suerte llegaste a ver las fotos de tu nieta, Cecilia hubieras querido vos que se llamara. Es linda, es igual a uno de tus hermanos, con los ojos de tu hija.

Fue duro estar en tu casa, sin vos. Tu mujer está bien, bueno, ella se siente serena, yo la veo medio perdida sin vos...

Salí de ahí tan triste, con un vacío tremendo por tu ausencia. Te extraño. Extraño cuando nos encontrábamos a tomar café y charlar, charlar de esas cosas que aparentemente no hablabas con nadie más que conmigo, o eso me hacías sentir.

Te quiero, seguís conmigo todo el tiempo.

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