Y ahora? cómo sigue? y escorpiones? y jabalíes? escarabajos? cánidos cimarrones? qué van a hacer ahora? Tanto se prepararon, tanto rugieron, se llenaron de veneno, se afilaron las uñas, los colmillos, y ahora? qué van a hacer?
Se van a ahogar en su propio veneno, se van a confundir en la polvareda que ustedes mismos levantaron con sus pezuñas partidas, se les van a infectar los cortes que se hicieron unos a otros.
Porque aquí nadie les hizo trampa. Nadie les jugó en contra. Esta vez, (no tan) querida fauna, no pueden usar el argumento paranoide. Ustedes armaron lo que creyeron que era la lucha por la supervivencia.
Porque para hacer inteligencia estratégica hay que ser inteligente o hay que ser estratega, por lo menos, y al final, hay fauna en la selva que pretende ser salvaje pero no son más que alimañas, cerdos, insectos y perros. Se dan cuenta?
Qué van a hacer ahora? Se van a arrastrar? Van a mentir? Van a fingir que esto nunca sucedió? Van a venir a lamer la mano que mordieron?
Mientras tanto, queridos tigres - con sus hermosas pintas de yaguareté o sus estilizadas rayas de bengala -, queridas serpientes - lustrosas y frías cobras o suaves y elegantes cascabeles -, salud a ustedes, tigres y serpientes de la Jungla de Concreto y Acero, seguiremos mirándonos a los ojos, sentándonos frente a frente en el tablero y aprendiendo juntos a jugar al ajedrez.
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