lunes, 29 de octubre de 2007

Siempre de animales...


Parece que sólo escribo cuando vuelvo de viajar, o que estoy viajando todo el tiempo, parando sólo para escribir...
Bueno, nuevamente estamos aqui ("porque no hay ningún refugio donde escondernos de nosotros mismos"), volviendo de haber subastado un tigre. Comenzamos advirtiendo que lo estábamos rifando, que ojo, que luego cuando se lo ganaran se lo tenían que llevar a sus casas. Luego, dijeron ellos, los "empaquetamos". Lo emprolijamos al tigre, lo cepillamos, lo pusimos lindo, mostramos qué hermosas son sus rayas, qué feroces sus colmillos, qué desafío resulta tenerlo con uno. Y bueno, finalmente lo compraron. Contentos, parece.
Creo que serán buenos dueños de ese tigre.
Ojo, nos hicieron firmar el contrato, que nosotras también somos dueñas del tigre, que tenemos responsabilidad compartida, pero eso me gustó. Esta vez puedo decir "nuestro tigre" con autorización (siempre lo digo, esta vez me lo solicitaron por escrito).
También nos tocó ver todo tipo de animales, lobos marinos, ballenas, pingüinos, algunos tigres, serpientes hermosas, lustrosas y seductoras, y alimañas de las peores, de las que dan miedo en serio.
Esta vez pude caminar en serio por el borde del muro, literalmente. Nunca antes, seguro nunca después. Fue muy interesante. Pensar que hay cabras montesas caminando por ahí todos los días, y con el viento que hace...
Comí pulpos, langostinos, vieyras y otros mariscos.
En fin, que vivo rodeada de todo tipo de bicho, y para dar fe de eso, va también una foto.

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