martes, 2 de octubre de 2007

2 de Octubre ¡NO SE OLVIDA!

En 1968, en México, se dió un movimiento estudiantil universitario muy interesante y que tomó mucha fuerza.
Está bien que era el mismo 1968 del Mayo Francés, aquél de "la imaginación al poder" y todos esos graffittis ingenuos y luchadores de entonces, el mismo 1968 de la represión a estudiantes en Berkeley, California (con Ronald Reagan gobernador de California).
Creo que la diferencia fundamental fue que en México el movimiento estudiantil logró convocar el apoyo obrero y campesino, además del compromiso del profesorado universitario.
Fue cobrando fuerza. No recuerdo lamentablemente bien cómo se dieron las cosas.
El 2 de Octubre de 1968 hubo una marcha muy importante, que terminaba en concentración en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco. Ahí, además de unos restos arqueológicos - de algo que sólo recuerdo que hubo una matanza-, hay un complejo habitacional con monoblocks - que se vieron muy dañados en el terremoto de 1985, quizá recuerden que Plácido Domingo tenía familiares ahí, que habían quedado sepultados bajo los escombros como muchas personas más-, está el Ministerio de Relaciones Exteriores, y la Iglesia de Santiago Tlatelolco, con la imagen del Beato Sebastián de Aparicio.
El caso es que ese día, se movilizaron tanquetas del ejército, fuerzas armadas y de seguridad con y sin uniforme, y en un momento dado de la manifestación, simultáneamente se levantó en un balcón de uno de los monoblocks un puño enguantado al grito de "Batallón Olimpia", se tiró una bengala desde el medio de la multitud, y ahí comenzó un fuego cruzado que evidentemente no provenía de los estudiantes universitarios.
No recuerdo el número de muertos y heridos.
Recuerdo que al día siguiente no salió en los diarios de México.
Recuerdo que lavaron la sangre de la plaza con mangueras.
Recuerdo que la gente recorría hospitales y morgues buscando a sus hijos.
Recuerdo que los estudiantes quisieron refugiarse de las balas en la Iglesia y el cura les cerró las puertas. Dicen que por eso Sebastián de Aparicio se volvió muy milagroso (a mí personalmente me hizo un milagro y eso que no profeso el catolicismo).
Recuerdo que después de eso se escribieron miles de libros al respecto.
Recuerdo que el que era Ministro del Interior, quien dio la orden, fue el siguiente Presidente de México.
Recuerdo que todos los años los estudiantes universitarios hacían, hacíamos, hacen, el mismo recorrido que los chicos hicieron ese día.
Recuerdo que volvíamos sin voz de gritar a todo pulmón:

¡¡DOS DE OCTUBRE, NO SE OLVIDA!!
¡¡ES DE LUCHA COMBATIVA!!

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