lunes, 29 de marzo de 2010

de Tangos y esas cosas...

Tengo miedo del encuentro, con el pasado que vuelve a encontrarse con mi vida
Tengo miedo de las noches, que pobladas de recuerdos, encadenen mi soñar
Pero el viajero que huye, tarde o temprano detiene su andar
Y aunque el olvido, que todo destruye, haya matado mi vieja ilusión
Guardo escondida una esperanza humilde, que es toda la fortuna de mi corazón
Volver, con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien
Sentir, que es un soplo la vida,
Que veinte años no es nada
Que es febril la mirada
Errante en la sombra, te busca y te nombra
Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que hoy lloro otra vez

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