miércoles, 24 de marzo de 2010

algunos fragmentos de Benedetti

Levemente tensa, aunque no crispada. Es el único síntoma de que no se siente en el mejor de los mundos (...). De pronto le han caído en el rostro como diez años, no con arrugas ni ojeras ni patas de gallo, sino con abatimiento y con tristeza. Y no con una tristeza del instante, provisional, efímera, sino otra incurable, atornillada a los huesos, con raíces en algún enigma que para ella no lo es.

... pero tú, que hasta no hace mucho también fuiste exiliado, bien sabes que en el exilio lo raro es apenas un matiz de lo normal...

Y bien, soy de aquí. Ojo, no lo afirmo, más bien me lo pregunto ¿soy de aquí? Después del trago amargo de la identidad, un té de boldo, por favor. En doce años olvidé detalles, esquinas, apellidos, direcciones, teléfonos, anécdotas. Contemporáneamente construí vínculos, paisajes, imágenes, sonidos, abrazos, lealtades. Tengo nostalgia de los lugares donde sentí nostalgia. Y sin embargo creo, casi estoy seguro, que soy de aquí.

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