viernes, 28 de agosto de 2009

Querido Pepe

Ayer fue tu cumpleaños, no me olvidé, no llamé a tu esposa, no se lo dije más que a un muchacho que sirve el café en la oficina y que obviamente, no le importa un pito.
Pero pensé, pensé, las veces que vos no querías hacer nada para tu cumple y salíamos a cenar con tu esposa y mi socio y al final la pasabas bien.
Sabés, encontré una frase que no sé si no entiendo o no quiero entender, va, a ver si me ayudas a entenderla:
Pensas dedicarte a vivir plenamente aquello para lo q querés vivir?
Estaría bueno tomarnos un café y charlar de eso, no? a ver si le encontramos la vuelta. Porque yo pienso hacerlo, pero no siempre depende de mí. Vos sabés que 1. vivo plenamente e intensamente todo, TODO, y 2. que lucho para lograr hacer lo que quiero. Pero hay tantos factores en el medio...
Recuerdo que vos me dijiste que si yo quería quedarme a vivir en MI país, que lo hiciera, que me iba a arrepentir de lo no hecho.
Sí, que me faltan las conversaciones con vos......

miércoles, 19 de agosto de 2009

Queridísimo Pepe


Pepe querido:

No es hoy cualquier día, y hace mucho que no te escribo. Pero hoy hace exactamente 2 años desde que no te veo, desde que no puedo verte, hoy hace 2 años que te extraño como sólo se extraña a un padre, y eso a veces, según el padre.

Sin embargo anoche la mente me dio un regalo, soñé con vos. En serio, es verdad. Soñé con vos y tus dos hermanos, creo que Fidel se había jubilado y no sabía qué hacer con su vida, y yo les proponía que retomaran la banda de música que alguna vez habían tenido - que nunca tuvieron, por supuesto - y vos ibas y sacabas tu guitarra, Adolfo la trompeta, y Fidel, un poco a desgano iba por su instrumento, que no recuerdo cuál era.

Vos agarrabas tu guitarra, la afinabas, en realidad el más entusiasmado era Adolfo, pero vos una vez que te colocabas la guitarra frente a vos, comenzabas a dudar, te preguntabas si sonaría bien, si te acordarías cómo tocarla. Yo te alentaba, dicidendo que algo que se aprende bien, no se olvida.

En mi sueño no llegué a escuchar la música que ustedes hacían, el resto del sueño no lo recuerdo. Pero como conservo mucho de pensamiento mágico, ahora confirmo que estás con tus hermanos, escuchando o tocando música del jazz original, del antiguo, del que tanto disfrutaban los tres.

Me gustó verte, me gustó verte acompañado por ellos. Me gustó poder hablar con vos y escuchar tu voz.

Te extraño con locura, y no soy la única, hay mucha gente que te tiene presente todo el tiempo. Sabés? te mandaría saludos Victor, si pudiera creer que hay ocasiones en que te veo y hasta te hablo. Estuve con él, disfrutando sus dotes de mecánico obsesivo que puede escuchar el mínimo ruidito y hacer un diagnóstico preciso a partir de ahí. El me contó de una vez que te descompusiste en su casa, que hiciste una hipoglucemia, que te llevó y te acompañó en el Hospital Durand.

Nunca nos dijiste nada, nunca nos contaste de ese episodio. Lo sé porque estuve con tu esposa, almorcé con ella, y se lo conté y tampoco lo sabía.

Respecto a tu esposa, divina, con una fuerza como vos sabés que sólo ella tiene. Sin embargo, no logramos ni que ella venga a mi casa ni yo ir a la de ella. Así que nos encontramos en ese café donde nos juntábamos con vos, El Andén, y almorzamos juntas. La ví muy bien y me dijo que está muy acompañada, sobre todo por sus hermanas, por suerte, porque vos sabés que no siempre fue así - bah, vos solías putear a la familia de ella por eso mismo.

Pepe, no puedo pedirte que vuelvas, pero eso es lo que quisiera decirte. Tengo que decirte que nunca nadie ocupó el lugar que lograste vos, ni antes ni después. Nadie. Extraño tus conversaciones, en las que nunca era posible hacerse el boludo, ni vos ni yo, incluso en los momentos en que a vos o a mí nos salían lágrimas.

Te quiero muchísimo, y te extraño siempre. Por eso no puedo llamar a tu esposa, casi nunca, y hoy menos aún, porque lloro, y no paro de llorar, y creo que no le hago bien a ella, y creo que ella espera que yo digiera tu ausencia en otro ámbito, con otras personas. Y yo no puedo digerir tu ausencia.

Lloro ahora, mientras te escribo esta carta y sé que me dirías que no llore, que no vale la pena, porque es el tipo de cosas que vos decís, pero cómo no voy a llorar si cuando te fuiste me dejaste sin padre, sin interlocutor, sin consejero. Cómo no voy a llorar si fuimos tan tontas que después de tanto tiempo pasando días y noches en hospitales con vos, justo hace dos años no nos quedamos ninguna de las dos, ni tu esposa ni yo. Y vos que me habías dicho que tenías tanto miedo...

Basta, prefiero recordar que donde estás no te duele nada, no estás flaquito como al final, te reís y estás con tus hermanos.

Te quiero Pepe. Te extraño.

martes, 18 de agosto de 2009

The Pretenders

She will always carry on, something is lost, something is found.
They will keep on speaking her name, some things change, some stay the same.

Bad Kitty



Efectivamente, Gata Mala, Gata Arisca, Gata Brava, Gata a la que nunca se le pudo decir "michi", ni siquiera cuando lo parecía.
Gata que de lejos se ve dulce y de pelaje suave, pero no te atrevas a molestarla, porque te juro que rasguña, fuerte, sin importarle el daño que cause o las consecuencias que tenga.
Gata que camina despacio, casi con desdén, mirando un punto que nunca sabrás qué es, o que parece dormir, mientras la punta de la cola devela que está absolutamente atenta a lo que pasa.
Gata de calle, de maltratos sufridos, de meterse sola en aventuras de las que siempre termina saliendo arañada, al igual que los demás por supuesto; pero Gata fuerte, Gata valiente de piel de tigre (diría Sabina), con un caminar silencioso que oculta si se acerca o sale corriendo.
Sí, Gata Mala. Ningún "michi michi", que no la vas a convencer con un platito de leche, no te va a querer más porque le hagas un mimo, pues es ella quien decide cómo, cuando y quién le hace un mimo.
Sí, sin duda. A partir de hoy no puedo olvidar nunca más la calaña de esta felina.