domingo, 8 de noviembre de 2009

Festejando

Pues sí, estimados, lo logramos.
Llegamos finalmente a la fecha de la fiesta del primer aniversario del renacimiento de mi madre, y tienen que creerme que la organización no fue fácil.
Particularmente, y más allá de todo lo que implica la logística, digamos, el salón, los mariachis, el fotógrafo, etc. etc., el problema es que mi madre no es fácil.
Así, "vamos a comprarnos ropa", "te parece?"; "vamos a que nos hagan las uñas de manos y pies", "te parece?"; "estoy consiguiendo quien te maquille y te peine en tu casa", "te parece?", y podría seguir largo tiempo. Ella lo planteaba como que podría ponerse cualquier cosa de ropa que ya tuviera, ir sin maquillaje e incluso un día, que había cambiado de shampoo, me dijo "no puedo ir con el pelo así?, mirá qué lindo que me queda".
Ella me dio la lista de invitados, con sus respectivos teléfonos y e-mails (muchos de ellos no estaban actualizados, lo que también fue un lío, pero PRUEBA SUPERADA) y esa fue la primera.
Diseñamos con mi socio la invitación, con foto incluída, se la envié y: "te parece?", no le gustaba la foto que elegí, no estaba de acuerdo con el texto, no quería que se pusiera que también era su cumpleaños, porque no quería que le lleven regalos, y otra vez, etc. etc. Logré enviársela a TODO EL MUNDO, y de ahí, a que cada uno confirmara, segunda, pero PRUEBA SUPERADA. En realidad, algo parecido, ya que hubo quienes confirmaron que venían, y luego resultó ayer que no vinieron. Dos veces modifiqué la lista, con las respectivas ubicaciones en las mesas, y al final, del plan inicial, que eramos 60, llegamos creo que a 40. Igual, el salón es totalmente recomendable, se adaptan a lo que uno necesite, e inclusive me bajaron el precio y hasta me devolvieron dinero.
También los mariachis, de último momento se descompuso uno de ellos, y como yo debía pagarles antes de que tocaran, ya que terminarían con Las Mañanitas, para sacar la torta de cumple con su vela, al terminar me llamaron aparte y me devolvieron dinero, pues se habían comprometido a un cierto número de músicos y no lo habían cumplido.
Todo así, parece que tuvimos viento a favor, y paso a paso, mientras ella me decía "te parece?", su dama de compañía me decía lo contenta y entusiasmada que estaba mi madre.
Mientras tanto, y eso sí que fue sorpresa, fui logrando recopilar cartas de aquéllos que hubieran deseado estar presentes, pero no podían, por ejemplo por estar en San Diego, o en Bologna, o simplemente Azcapotzalco, México.
El operativo de comprometer también a algunos presentes para que hablaran fue igualmente de entretenido y de complicado.
Finalmente, la pasé a buscar, las dos estábamos impresionantes de lindas (ya vendrán fotos), y la fiesta comenzó.
Logré que la lectura de cartas y los discursos de diversos oradores fuera efectivamente una sorpresa, y en serio que resultó muy lindo, pero muy lindo. Mi madre llorisqueaba por momentos, se reía en otros, una de mis hermanas del corazón, que la conoce lo suficiente, cuando la vio con los ojos mojados (y sí, tengo que aclarar que mi madre no llora, y menos en público), se sentó a su lado, tomó su mano y le preguntó "todo bien?", lo que permitió que mi madre se rearmara como para seguir con la fiesta.
Yo, durante todo el tiempo que dediqué a la organización sentí que mucho era para que yo festejara, teniendo tan presente el motivo de celebración, y "en verdad os digo", la pasé maravillosamente, me tomé todo el whisky que pude (aclarando, no el que el salón ofrecía, sino el que yo compré especialmente, que no es cuestión de beber cualquier cosa en una ocasión así), me bailé todo lo que se podía, y canté hasta lograr que el cantante dijera "miren la voz que proviene de esa mesa", no sé si tengo linda voz o estaba cantando tan fuerte que lo opacaba, ja ja ja.
Al final, nos fuimos, con una bolsa inmensa de regalos (y eso que ella no quería), los pies hechos un desastre (ambas) y con un cansancio enorme.
La pasamos lindo, abracé a muchas personas, recibí palabras hermosas de muchos de los presentes, y bueno, festejamos el primer aniversario del renacimiento de mi madre.

2 comentarios:

Ms. Grinberg dijo...

Pues acá pongo yo la carta que le mandé a mi madre, por aquello de que estoy en San Diego:

Allá en 1979, Carlos Saura dirigió “Mamá cumple 100 años”. No sé si muchos habrán visto la película y, de ser así, la recuerden. Francamente, yo recuerdo poco… aunque sé que pensé en aquel entonces que 100 años eran muchos y que, sin lugar a dudas, la mamá no parecía tener 100 años, ni mucho menos. Y bien, ahora estamos todos juntos celebrando… ni modo, a mí me toca estar aquí en papel y en espíritu solamente, porque justo tengo que hacer los exámenes para avanzar a la candidatura doctoral, además que el viaje desde San Diego a Buenos Aires toma como 24 horas nada más. Decía, estamos todos juntos celebrando muchos años, aunque no sean 100 años, porque mi madre aún nos debe 20 años más, y que ni crea que puede dejarnos tan pronto.

Sin embargo, aunque sé que parece una broma, hará un año algunos no pensábamos que llegaríamos al día de hoy con mi madre presente, toda arreglada, maquillada, peinada, vestida especialmente para esta fecha. Hace un año esperábamos que pudiéramos todavía hablar otra vez con ella, que con seguridad un milagro nos lo permitiría. Así es, sucedió un milagro… o ella es muy cabeza dura, por suerte.

Madre… aunque a veces pareciera que preferirías que te presentara ante mis amigas como algo diferente, para mí lo más importante es que eres mi madre. Te lo dije hace unas semanas cuando estabas de visita aquí en San Diego... perdónenme que divago… madre, me alegro que aún estés entre nosotros dando lata, como dicen en Chilangolandia. Sé que aún nos faltan viajes que hacer, cosas que ver, libros que leer, ideas que discutir, bisnietos que ver… y sé que lo vamos a hacer. Por ahora, no me queda más que imaginar que estoy sentada entre todos ustedes, por lo que les pido que levanten el vaso (con whisky, soda, agua, vino, qué sé yo qué tengan en el vaso) y brinden conmigo a la distancia:

Porque esta celebración se repita para dejar la película de Saura chiquita… porque tú, madre, nos dures 20 años más. Te quiero.

Bigote de León dijo...

Gracias Ana, por tus palabras, por estar presente tanto en la fiesta como acá, y te quiero decir que efectivamente levantamos las copas e hicimos el brindis con vos.