martes, 29 de enero de 2008

La Vivencia de la Araña

Bueno, empezamos a viajar de nuevo.
El clima nos acompaña, como si quisiera que sigamos yendo allá, que no se nos cocine el seso, que tengamos ganas de volver.
Nos cruzamos con una forma extraña de felino, que aparentemente se ha dedicado a mostrarle a sus pares que se puede domesticar a cualquier tipo de fiera, al grado que dicen que le decían "Mamá Corazón", obvio que él no lo sabe... Sin embargo, le gustó estar con nosotros, le gustó lo que hacemos, nos sorprendió él a nosotros.
Lo mejor que nos pasó en este viaje fue encontrarnos en la jungla a uno que conocíamos de su otra vida, de la anterior. Lamentable y afortunadamente, ahora está mejor. Le dijimos que entonces no le pudimos ayudar, que él tampoco se dejó, pero que esta vez parece que sí.
Y lo mejor de todo es la vivencia de ser una araña, que seguramente cuando va tirando su hilo, no tiene idea de que se convertirá en una hermosa red, simétrica, absolutamente perfecta. Sólo tiene la noción de que DEBE ir recto, en una dirección determinada. En un punto, SABE que tiene que ir hacia otro lado y entonces seguir derecho.
En el viaje, tuvimos la vivencia de haber estado tirando red desde entonces, desde hace años, y que ahora, hoy, esa red le sirve a alguien, sirve para que al momento de que este cachorrito de mamut se tropezara, la red estuviera, y como decía el grande Neruda: "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos".
El tampoco, él está muy cambiado, para bien, por suerte; por efecto de lo que nosotros echamos a andar? Ojalá, nos gustaría pensar que la culpa es nuestra, no podemos ser tan poco humildes, lo bueno es seguir siendo parte de la escena, es entrar y vernos y reconocernos y saber que seguimos estando.

No hay comentarios: