jueves, 11 de febrero de 2010

Reflexiones en soledad

Bueno, algo pasa, no sé qué es. Todo lo que sucede a mi alrededor, cada uno de los pequeños sucesos, movimientos, palabras, miradas, noticias en la TV, afirmaciones en la radio, cada uno de ellos me desencadena una concentración absoluta, un nivel de foco de mi atención como si fuera lo más importante en mi existencia.
no me refiero sólo a esos momentos en que uno mira una noticia en la TV y le surge la urgente necesidad de comunicarles la propia opinión. De hecho, muchas veces ni siquiera tengo una opinión. Sin embargo, mi vigilia y mi alerta pasa del 100% en un evento, al 100% en el siguiente. No importa lo mínimo o intrascendente de lo que lo provoca, con lo cual es claro que es un estado subjetivo.
Es interés, es curiosidad, es involucramiento, aún cuando yo no llegue a poner en marcha ningún gesto tendiente a establecer interacción. Lo que por otro lado se ve inhibido por la dificultad de comprensión de mis palabras, resultado de los brackets.
Pero mi silencio, no sólo verbal, no denota desinterés. Todo lo contrario. Todo me llama, me atrapa, me resulta fundamental. A cada instante.

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