jueves, 24 de abril de 2008

La Jungla en la Ciudad

Hay un tipo de anfibio que habita la jungla, evidente mutación de la familia de las serpientes, que se asemeja a veces a un lagarto, en otras a una salamandra, de ese estilo.
Tiene movimientos lentos, suaves, nunca agresivos, gestos y sonidos casi diríamos apacibles. Ha desarrollado la capacidad de que su piel pueda parecer al tacto la de un mamífero pequeño, diríamos un roedor.
Pero no hay que equivocarse, estos anfibios son más bien pegajosos, casi húmedos, de piel y sangre muy fría, se han criado en los peores pantanos y su forma de adaptación pretende ocultar la agresividad que en las serpientes es tan admirable.
Si uno los observa de cerca, si tolera una distancia para establecer cierto intercambio, debajo de ese estilo casi elegante, casi educado y casi dulce, puede verse en la mirada la violencia de la que son capaces, ese dejo de odio que tanto luchan por esconder, y que reafirma su caracter reptílico.

miércoles, 16 de abril de 2008

Postal Urbana

Zona Facultad de Medicina, aprox. 11 hrs.
Tráfico, colectivos, autos. En la vereda resulta difícil caminar, se mezcla la gente que pavea con la que va a las Facultades o a los consultorios, o simplemente entra en los negocios de la zona.
Estoy esperando el cambio de semáforo en una esquina para poder cruzar, con el MP3 a volumen suficiente para bloquear el sonido ambiente.
Viene por el asfalto a un muchacho en skate, bien vestido, hablando por el celular, gesticulando con la otra mano en obvia relación con su conversación telefónica. Cruza con el semáforo en rojo, da vuelta en la esquina y sigue su curso al igual que su conversación telefónica, como si estuviera sentado en el living de su casa y no en medio de un kilombo total de tráfico urbano.

domingo, 6 de abril de 2008

Mi cuerpo y sus mensajes....

Ok, ya sé que ya habíamos hablado de eso, ya sé que el Dr. Zabala dice que el tipo de somatizaciones que yo hago no me van a matar, que hay quienes hacen picos de presión o úlceras.
Personalmente, sólo siento dolor, hartazgo, molestia, y sí, admitámoslo, temor.
Ok, también tengo tanta claridad y literalidad en mis síntomas que puedo leer con claridad que esta vez, mi problema en las articulaciones temporomandibulares surgió entre la muerte de Pepe y su cremación. Ok, que se me mezcló con la muerte de mi padre, sí, está bien, me hago cargo. Ok, que cada vez que me acerco al tema de perderlo a Pepe hago terrible migraña, es verdad; que no logro trabajarlo, ni llorarlo, que no sé como se hace para desarmar ese nudo, ok.
Todo eso es verdad.
Pero mientras tanto, no sé cómo desactivar los malditos mecanismos de somatización, y mientras tanto, me produje una hermosa luxación de disco en ambas articulaciones temporomandibulares. Y sí, no tengo ni la más remota idea de cómo se trata eso. Y sí, también tengo miedo de los posibles tratamientos. Y sí, también es verdad que recién escribí que YO ME PRODUJE la luxación.
LPQLP!!! No es que yo quiero hacerme esto, es que no sé cómo NO hacerlo!!!
Ya no pasa por defender que yo vivo con este nivel de stress, porque cuando uno corre de enfrente lo evidente, lo emocional profundo está detrás, y sí, ok, también es verdad que cuando uno tiene un gran agujero en el alma tiene más propensión a desarrollar cualquier adicción, y la que mejor se me dá a mí (además de las benzodiacepinas, obvio) es la adicción al trabajo (WORKAHOLIC), así que sí, si quieren sumamos el stress, que tampoco tengo ni la más remota idea de cómo se desarma.
Resumiendo, estamos para el primer paso de AA, que tengo un problema, que no sé cómo se soluciona, y que se lo entrego a un poder superior, sea el que sea y como quien quiera lo entienda, para que me ayude a solucionarlo. Porque yo no puedo seguir pensando que soy yo quien crea, genera, continúa y provoca todo esto que me pasa.
Me tengo al borde de la pudrición.