miércoles, 27 de febrero de 2008

El Cuerpo me Habla

Históricamente somatizo.
Migrañas, gastritis, úlceras, ah, en la infancia, alergias varias.
Ahora, después de décadas ya de terapia, de actividades varias que tienden a la concientización corporal, de gimnasia, pilates, caminatas, y obviamente de medicación preventiva para las migrañas, mi cuerpo busca diferentes formas para hablarme.
O sea, aclarando, en el camino logré darme cuenta que diferentes somatizaciones sirven a diferentes fines, y en particular las migrañas me sirven para PARAR, cuando yo no llego a darme cuenta que no estoy pisando el freno, que ya hace rato que me pasé de largo mucho más de lo que podía aguantar, una buena migraña de esas, es lo único que me hace suspender toda función, plan o actividad prevista, y hacer que me meta en la cama, al menos por ese día, o quizá hasta 2 o 3.
Cuando me enojo, me hago mala sangre, o algo me irrita en serio, me duele la cabeza, no migraña, sino bien en la frente, un poquito arriba. Digamos, siendo de Tauro, donde un torito como yo apuntaría para golpear a aquél o aquéllo que lo hace enfurecer.
Ahora, con el tema de la medicación, y esta maldita costumbre (deliciosa) de hacerse el desentendido de lo que uno siente, mi cuerpo comienza a mandarme señales de lo más curiosas.
Como ya tengo entendidos, desentrañados y hasta controlados muchos de mis síntomas habituales, desde el año pasado he comenzado a sentir cosas rarísimas.
Primero comencé con un dolor en el hombro izquierdo, que principalmente me venía cuando dormía. Obviamente llegué al médico cuando se extendió al brazo y pensé que estaba haciendo un infarto (que todos los factores predisponentes los tengo), y resultó que era una contractura cervical de libro, jua!
Ok, pasado eso, un par de meses, comencé a tener un oído tapado. Sí, estoy viajando mucho, los aviones, las gripes, bronquitis y todo eso. Claro que eso dificultó el diagnóstico. Sí estimados, es un trastorno de la articulación temporo mandibular, que parece que es bastante común, ya me enteré que hay hasta especialistas, ya tengo turno no con uno, con dos, uno traumatólogo y cirujano maxilo facial y el otro odontólogo especialista en esa articulación. Que parece que si uno no lo atiende puede llegar a quedarse sordo, o hacerse hasta una hernia de disco en esa articulación, y adivina, adivinador, sí!!! es producto del stress!!! del bruxismo, de apretar los dientes (sí, uso la placa para dormir, sí, hace más de 2 años...)
Sí, estimados, también hice un quiste cebáceo, en mucosas, para molestar bien molestado, en pleno verano, como para dedicarse los pocos días que tomé de descanso a ponerle Agua de Alibour para que reviente y apretarlo como si fuera un adolescente granito en vez de un maldito y mal ubicado volcán en una zona terriblemente dolorosa, sólo para recordarme que no estoy del mejor de los humores, que tengo un dolor dentro mío que no se ha ido, que los demás pueden no saberlo, pero que sigue en mis partes más íntimas un dolor profundo, dolorosísimo.
En fin, antes odiaba estas cosas. A veces en el momento también las odio. Pero al final, termino agradeciendo a mi cuerpo que me pase los recordatorios, porque si no fuera por estas cosas, todas ellas - como decía un neurólogo que tuve - pequeñas y que no me van a causar la muerte, no me enteraría de lo que estoy sintiendo.

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