Llego a casa, cansada, y encuentro a mis bigotones gruñendo.
Les pregunto: "ahora de qué se están peleando?"
Voy, vengo, les limpio su inodoro, y cuando vuelvo y siento que siguen gruñendo, me fijo un poco mejor.
Y encuentro una bigotona ajena....
Obviamente se la querían comer cruda, así que hago todo el operativo para aislarla en otro sector de la casa, donde pudiera abrirle la puerta y que se fuera para la calle y cuando lo logro, me doy cuenta que tiene un collar y una chapita, por lo que doy por sentado que tiene un número de teléfono escrito ahí.
Super nerviosa la bigotona (debe haber cobrado como para todo el año con la invasión), no dejaba que me acerque a ella a menos de un metro, mientras yo le hablaba bajito, me le sentaba cerca, intentaba acercarme de a poquito, etc.
Después de un rato, sube al borde de la ventana, con lo que decido que le abro y que se vaya a la calle. Así hago, primero la ventana y luego la persiana. Ella sale, pero se queda en el lado de afuera, mirando la calle con pánico, con lo que aprovecho su "apachuchez" para agarrarla de golpe, sin darle tiempo a reaccionar y rasguñarme, la tengo con la mano en la parte superior del cuello apretada contra el sofá, y con la misma mano doy vuelta la chapita, mientras agarro el teléfono y marco.
Por suerte me atienden, y le digo a quien me atiende: "tengo a tu gata en mi casa, la aislé de mis gatos, pero por favor vení a buscarla".
Le doy la dirección y mientras espero me voy a tranquilizar a mis bigotones.
La dueña vino casi inmediatamente, entró, la llamó, se acercó, la tomó en brazos - obvio que a ella no le gruñía - mientras le hablaba dulcemente. Ahí aproveché a decirle a la bigotona "ahora sí me dejas que te acaricie? viste que iba a llamar a tu familia?", y así se fue.
Les abrí a mis bigotones, que pasen, que revisen, que no hay más invasores en casa, que la aventura se terminó.
En fin.....
1 comentario:
Genial !!!!!!!!!!! estas si me gustan
Peque y familia peluda
Publicar un comentario