Como un ventarrón de tormenta de verano reaparecí en su vida, reclamando sin saberlo y por pura presencia lo que siempre fue mío.
Y como hace décadas, no supo, no pudo, no quiso conservarme.
Igual que el viento, pasé de largo, y desaparecí por la ventana, libre, tal como había llegado.
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