Hace muchísimo tiempo me enamoré de un León.
A los pocos años, él comenzó a estar "ausente", primero por períodos, luego por temporadas.
Al principio lo extrañe, luego lo esperé, porque además, él me decía que iba a volver.
Después me acostumbré a esperarlo.
Lástima que no sabía que no iba a volver, que hacía mucho que él no tenía intenciones de volver.
Podría habérmelo dicho...
Moraleja: nunca más permitas que te conviertan en una leona vegetariana.
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