Este atento bigotón, largirucho y grandote, un sobreviviente según cuenta su madre, es lo más apacible que he visto en materia de coludos. Disfruta de estar simplemente sentado, o acostado, o mirando.
Cosmo, se llama, y aunque dan ganas de jugar con él y acariciarlo horas, no parece tener demasiado entusiasmo, simplemente está, y con eso le basta...
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