jueves, 25 de junio de 2015

(y más reflexiones entre paréntesis)

En esta resurrección he decidido que no quiero encontrarme con mis fortalezas, quiero encontrarme con mis debilidades.

Último dia

Claramente que me saltee ahora no se si uno o dos días, pero he llegado al último.
El clima ha estado feucho, bastante nublado y por momentos lloviendo, lo que no ha impedido que pase todo el día frente al Mar, y muchos ratos adentro de él también.
De día charlando con esta vecina que conocí, la madre de los basquetbolistas, de noche bebiendo con los hijos y los cordobeses.
Ayer tuve un día muy sensible, con humores muy cambiantes, que incluyó que en una charla con esta vecina, ella me contara la enfermedad y muerte de su madre, y yo comenzara a llorar antes que ella, pero no por mí, de empatia, muy fuerte; eso me gustó y se lo agradecí, pues fue permitir abrir mis tripas al sentir del otro, que pienso también tiene que ver con cuanto el otro está entregando, no?
También lloré a mares, como corresponde llorar frente al Mar, me decepcioné, me enojé salvaje...
En el enojo me metí al Mar, a pelearme, como el Teniente Dan de Forrest Gump, le gritaba: "Esto es todo lo que tienes? A ver, revuelcame! Tirame con todo!" A este Mar fuerte de acá!
Y no, no me revolcó, nos peleamos cuerpo a cuerpo, cada pulgada de piel, como quien hace tauromaquia o intenta domesticar fieras con las manos peladas. Fue intenso, fue bueno, y me hizo bien.
Al final del día, ya habiendo ido al gym,  casi terminado de armar la valija, bañada, maquillada y arreglada, cenando en el restaurant rodizio, comenzaron a molestarme los ojos, me parecía que no veía bien.
Al salir del restaurant me miré a un espejo y los tenía rojos mal! Así que a la pieza, a buscar las gotas que compré en las últimas vacaciones en la playa, que llegué haciendo una conjuntivitis, y que traje ahora pensando que podía pasar.
Ando poniéndome cada rato, porque es como que se me nubla la vista. Ya no están tan rojos, y también podría ser irritativa, de tanto llorar ayer, lo raro es que me agarró de pronto. En fin.
Hoy, último día.
Ahora clareando, iré a la playa, volveré, ducha, vestirse, cerrar la valija y entregar la habitación a las 18 hrs. Pero me quedo hasta las 22.30 en que me vienen a buscar.
Ahí comienza la vorágine de estos vuelos de madrugada y aeropuertos de No Lugar de Marc Augé
Mañana a esta hora, quizá estaré llegando.
Por ahora, arriba y a pasar el día con el Mar!

martes, 23 de junio de 2015

Perdí la cuenta

Sólo sé que me queda hoy, mañana y pasado.
Difícil mantenerse al día con las redes cuando estás llena de Mar. Y eso debe ser bueno, creo.
Ayer, día hermoso, de sol total, playa, alterno un día de whisky con soda, uno de caipirinha, uno de cerveza. Ayer whisky.
Sol, playa, sol, Mar, sol...
Hay más gente ahora, mucha más, y me he hecho amiga de una pareja de argentinos, con quienes ayer al terminar el día de playa nos fuimos caminando al pueblito, tomamos allá unas cervezas, re tranqui, lindo.
También conocí a una señora y sus dos hijos, basquetbolistas profesionales ambos, que viven a unas 10 cuadras de casa, ella al menos; ellos en temporada, viven en donde los contraten.
Así, así pasan los días, con cada vez menos ganas de volver, con cada vez más ganas de vivir frente al Mar...

domingo, 21 de junio de 2015

Noveno o lo que sea

Si ya no se en que día voy, parece que logré desconectarme, no?
Bueno ayer, lluvia, lluvia y tormenta, y yo decidí pasarla frente al Mar.
Así que me mojé, me ensopé, me sequé y me volví a mojar. Me compré una camiseta de fútbol con manga larga para el frío, y disfruté de la tormenta muchísimo. Bajo la palmera, en la playa y hasta adentro del Mar.
Que sensación tremenda que llueva a mares mientras estas metida en el Mar! Fue genial, fue intenso, fue acariciante pero salvaje.

Durante el día fui hablando con otros connacionales para ir a la fiesta del pueblito, establecimos punto de encuentro y horario.
Gimnasio con Hip Hop en el Celu, lavar unas ropitas, ducha, y arreglarse un poco, no mucho.
Finalmente éramos tres hermanos, una pareja y yo, y allá nos fuimos, caminando al pueblito.
La fiesta en verdad no era gran cosa, pero era algo diferente, popular, los hermanos estos muy divertidos, así que nos dedicamos a emborracharnos, bailar un poco, por dentro pensaba: mira donde estoy, que loco...
Luego nos volvimos al Hotel y la seguimos en la disco, donde habría como 10 personas, incluidos nosotros, baile un poco, tomé más cerveza, y para cerrar la noche, papas fritas y vermouth, no, coca cola light....
Y a dormir.

Hoy un día de sol terrible, playa a full!

Algo en que pensar: que suerte, cuando uno viaja solo, tener alguien a quien le avisas a donde vas y si volviste, digo, por si a uno le pasa algo, que alguien sepa por donde empezar a buscarte...

viernes, 19 de junio de 2015

Que vamos por el Octavo?

Pues sí, fue gym, ducha, cena, seguí con un par de whiskys, intenté bailar un poco en la "disco" del hotel, pero la música no ayuda...
Lo que sí, tuve interacción con huéspedes, unos de San Pablo, otros, una familia grande cordobesa.
Y así me enteré que mañana empieza la fiesta de San Juan en el pueblito que está acá al lado, que dura hasta el martes, que es como el segundo Carnaval en la región, etc.
Pero claro, esto lo se hoy a la noche, porque a la mañana, al ir a reservar para cenar en el restaurant hindú, le pregunté al respecto a la chica, que resultó ser de ahí, y me explicó cómo ir y volver caminando sin problemas.
Aprovechando que llovía, digamos, no que me encantara la idea de mojarme, sino que claramente no era día de playa, arranque el paseo, solita y sola.
Me diluvió en la playa de camino, paré en algo parecido a un restaurante a guarecerme, y ahí terminé divirtiéndome mucho con dos nenitos que al parecer nunca vieron una cámara fotográfica, y acabaron tomando fotos ellos, a ellos, ellos conmigo, y así.
Cuando paró un poco el agua, seguí mi camino, ya estaba prácticamente en el pueblito, cruzar un puente con un pequeño río, y nada, cuatro cuadras de pueblo.
El centro, los preparativos para la fiesta, y ahí me detuve a charlar, un señor, una señora, no sé cuánto nos entendimos, pero se alegraron mucho que gente del hotel esté interesada en asistir a su fiesta. Me dieron muchos folletos para que traiga, muy amables.
Hice una cuadra más, y empezó a llover de nuevo. Entré en un sucuchito, me pedí una cerveza, y la tomé ahí, esperando que amaine, mientras miraba una gata rojinegra entrar toda mojada.
Después, y siguiendo las instrucciones de la chica de recepción, fui a un súper, compré café, jabón en polvo, y arranqué el camino de vuelta, que es por dentro del resort, y realmente muy cerca.
Tarde de cerveza en el lobby con los Paulistas, y luego al Spa, uñas y luego masaje, una diva.
Ducha, cena en el hindú, y acá estoy, con el whisky de la noche, esperando que hay una fiesta "de blanco".
Así, un día de lluvia genial!

jueves, 18 de junio de 2015

Sexto o Séptimo día, o ambos?

Ayer comí pan.
Vaya inicio! Pero en realidad fue el primer día que comí carbohidratos. Eso hizo que a la vuelta de la playa estuviera muerta de hambre y me bajara un platazo de nuggets de pollo, y todo eso antes de cenar en el restaurant japonés....
También añadí a mi caminata playera la oportunidad de meterme al Mar con una tabla de barrenar, más allá de la rompiente, bien adentro, digo, de este Mar fuerte y bravo, aunque lleve dos días con marea más noble.
Fue una experiencia brutal, genial, no lo puedo transmitir, intenso. Muy.
Vi también en los ojos de un surfer la mirada de quien conoce al Mar desde siempre, de quien lo respeta en su magnitud de Rey Dragón, pero se atreve a medirlo, a calcularlo, a ponerse al nivel de su amigo o su adversario. Mezcla de admiración y envidia, agradecida de poder verla.
Debe ser la mirada de los marinos, de los piratas, de todos los hombres de Mar. La que quisiera tener...
Pienso un poco, y también me parece que sería interesante compartir la vida con alguien que pueda mirar así al Mar, aún cuando una siempre sea la segunda, pues será el Mar el primer y único amor, imagino...

Pude también pedir disculpas por el exabrupto de la noche del apagón, y explicar, y entender al tiempo que lo decía, que me puse tan mal, como para comenzar gritando y terminar llorando, porque yo en el fondo y siempre, le tengo miedo a la oscuridad, y al principio le puse onda, bromeé, me tomé una cerveza, pero conforme pasaba el tiempo, me iba poniendo cada vez más nerviosa.
En fin.

Hoy, sol, playa, whisky con soda, será gimnasio después...
Hoy desperté tarde, y no tengo apuro.
Hoy, estoy de vacaciones!

miércoles, 17 de junio de 2015

(más reflexiones entre paréntesis)

Tengo una respuesta a una pregunta que me hice:
No quiero amar porque tengo miedo a ser lastimada otra vez.
Y quiero que me amen porque no recuerdo lo que se siente.

Quinto día (con delay)

Más allá de las deliciosas rutinas que rápidamente tiendo a establecer, caminata en la playa después del desayuno, o ir al gym, etc., ayer me incluyó mudanza de habitación debido al corte de luz.
Ya había dormido en la nueva habitación, pero me había ido con lo básico, como para bañarme y arrancar el día siguiente. Pero antes del baño, había ido a pelearme con la Gerencia, con quien comencé gritando y terminé llorando...
Así que ella, la Gerente, me propuso, ya que no había certeza de que en los edificios donde estaba alojada, volviera la electricidad al día siguiente, directamente después de desayunar me mudara.
Mejor habitación, dentro de lo estándar, pero un chiquitin más grande, igual que el balcón, y más cerca del gym, también.
Pues resultó que a la noche me sorprendieron con una nota de disculpa que incluía un masaje de relax de obsequio, que me haré el viernes, en lugar de ejercicio.
También como diferente, cené en el restaurant Rodizio, es decir que comí carne como ladrón en día de visita, muy rico, hasta joroba de cebú comí. Y un queso a la plancha con melaza de caña que es para destacar.
Y quizá lo más interesante es que a la tarde me senté en la arena, frente al Mar, pensando una vez más en por qué no vivo a su lado.
Trate de pensar a futuro, en vivir en Brasil y no en Grecia cuando me jubile, lo que me permitiría viajar de ser necesarios trámites, pero no logré visualizar mi casa.
Digo, veo perfecto el departamento donde me iré cuando venda esta casa, pero no logro imaginar como sería mi casa cerca del Mar?
Y ahí me pregunté si es porque faltan 8 años, y de golpe tuve un insight:
No estaré viva dentro de 8 años. No llegaré nunca a vivir junto al Mar.
Y lloré, lloré como se llora frente al Mar, como vuelvo a llorar ahora, con el corazón saliéndose por la garganta, queriendo que las lágrimas alimenten lo salado del Mar.
Dios, espero tanto estar equivocada...

martes, 16 de junio de 2015

(Reflexiones entre Paréntesis)

Para dejar de ser una guerrera también se requiere un proceso de aprendizaje

Esto me toca aprender para esta reencarnación

lunes, 15 de junio de 2015

Cuarto día

Después de casi dos días sin internet, desperté temprano porque soñé a Fatima que me decía: nena, ya tenés internet. Abrí los ojos, cacé el Celu, y efectivamente tenía mil mensajes y notificaciones.
Así empezó el día, revisando las redes, sacándome la abstinencia, charlando, y hasta conversando por Skype, mientras preparaba y tomaba café en la habitación y en el balcón, pues amaneció divino el día.
Luego, a desayunar. No había papaya, ni jugo de mango, así que huevitos con queso y jugo de sandía, más café y a la playa de cabeza!
Tan temprano era, que no habían abierto el puesto donde te dan las toallas.
Me fui a caminar un poco, aproveché la marea baja para meterme por primera vez al Mar, con su respectiva revolcada, inevitable acá, y luego de sacarme la sal y un poco de arena, me unté de nuevo de protector y me fui por mi toalla.
Andaba medio hiperactiva y no lograba quedarme quieta, así que me fui a mirar lo que vendían en los puestos de la playa, mirando originalmente una blusa roja y terminando con una parte de abajo de traje de baño cola less, pero eso sí, roja era.
Decidí después que hoy era día de cerveza, digo, cuando abrió el bar, no? Bueno y un rato después también, no es cuestión...
Y al rato, cae uno de los promotores, de los que te preguntan si vas a hacerte masaje, si vas a tomar clase de danza, etc. pero esta vez me pregunta si voy a querer hacer surf.
Y le digo que sí.
Y me explica que sin cargo son 15 minutos, como una experiencia, que la clase cuesta, y bastante, y yo que cuando él me diga, estoy puesta para la experiencia.
Así que me dan una remera (supongo que para que uno no quede totalmente desnudo como este Mar intenta), te muestran un par de veces en la arena el movimiento, lo practicas un par de veces, y adentro!
Recuerdan que el Mar acá es fuerte, no? Pues imaginen tratar de mantenerse acostada en una tabla de surf, contra las olas que rompen, intentar no quebrarte la nariz con la tabla con el golpeteo contra el agua, y cuando el instructor te dice, ésta, te gira, dice, posición uno, arriba, y a intentar pararse, bueno, y quedarse parada que es lo complicado...
Tres olas hicimos. La segunda llegué parada hasta el borde del Mar. Por suerte había alguien mirando porque sino, no me cree nadie. Hasta me aplaudieron!!
Terminé agotada pero tan feliz, tan feliz que no me importaba nada llevarme en la malla toda la arena de la playa. La sonrisa me duró horas. Genial.
Más tarde, cuando fui a meterme al Mar, estaban los dos instructores
(por dios que se acaba de ir la luz, este hotel es de locos)
Sigo, estaban, uno surfeando y el otro con el body board (barrenando, bah). Este se me acerca, me tira el body board y me dice: vos! Y yo: qué? qué hago? Y él: te metes, cuando viene la ola giras y te subes. Y nada, allá fui.
Y sí, elegí la ola, giré, me acosté en la tabla, y llegué hasta la orilla. Ahí me esperaba para que se la devuelva, y yo nuevamente tenía una sonrisa de oreja a oreja, y arena hasta el esófago.
Así pasé el día, sol, Mar, cerveza, surf, Dire Straits como música, divino.
Para cuando volví de la playa estaba muerta de hambre. Comí algo, tomé café, me cambié y al gym, a bajar lo que uno come y bebe.
La idea ahora era lavar unas ropitas, bañarme y 21.30 tengo reserva en el restaurant japonés. Pero si no hay luz, no sé que haré...
Lo que estoy segura, es que no es mi imaginación, estar al lado del Mar me cambia la mirada.

Tercer día

Primero que nada quiero asumir que debo tener algún tipo de anorexia, pues de las cosas que me alegran de estar sola es que nadie me rompa las pelotas de que coma. OK, desayuno importante y tengo reserva para cenar en el restaurant hindú, pero no almorcé ni tuve ni tengo ganas.
Seguimos sin internet, así que esto se publicará cuando se publique.
Llovió fuerte anoche y también ésta mañana, así que después de desayunar, café, libro y siesta matinal en el lobby, hasta que paró y me fui igual a la playa, previo comprar un blusón con mangas largas, porque estaba fresco.
No había viento, el Mar divino, y me quedé todo el día en la playa, mirando el Mar y metiéndome de a ratos. Fuerte Mar, que te sacude, te revuelve y te deja cansada y llena de arena.
Tengo un admirador, un guardavidas de 35 años! Sorprendida y halagada, pero en verdad sin ganas de iniciar nada que me complique las vacaciones.
Me fui de la playa cuando ya estaba bajando el sol, fui a ver lo que llaman la Piscina de Adultos, donde expresamente está prohibido hacer topless, con lo que la única ventaja que le veo es que no haya chicos gritando, nada especial.
Como todos, preguntando cada tanto qué pasa con el WiFi, pidiendo me dejen dos sobres de café para la cafetera de la habitación, me fijen el aire acondicionado en 24, que no hago más que lío con el control...
En fin, es raro viajar sola.
Frente al Mar decidí que tengo una buena vida en general, que no sé porque me interesa más que alguien me ame a que yo ame a alguien, y que en algún punto, estoy aburrida. Digo, me gusta mi trabajo, Pilates, Rock, pero algo me falta.
Así que decidí volver a agarrar el violín, total, las uñas las mantengo cortas por el baile.
Empecé a recordar cómo se afina el violín, donde están las notas, y pensé qué días podría practicar hasta llegar al punto de empezar a buscar un profesor.
Me parece buena idea. Más, recordando el efecto que ya me ha causado, y considerando que en esta resurrección he decidido no ser más una guerrera, me parece que el violín combina con esta Yo de ahora.
Pareciera que no hice nada, pero creo que es un montón.
Me debato si ir o no al gimnasio, creo que iré, luego ducha y a cenar hindú. Mañana tengo reserva en el japonés, y parece que acá un día llueve y al otro sale el sol, así que mañana tocaría sol, no?

P.D. impresionante la comida del restaurant hindú!

Segundo día

Hoy no amaneció lindo, pero se fue volviendo un día hermoso, de sol, igual no hacía frío desde antes que se pusiera soleado.
Así que desayuno y a la playa!
Caminé por la playa, realmente desierta, volví a mi reposera, previo vaso de agua de coco, y ni bien salió el sol, al agua!!
El Mar acá es fuerte, fuerte en serio, y para pasar la rompiente hay que tener un poco más de valor que el que tenía, así que me mojé, jugué, me revolcó, y salí, feliz.
Protector solar y lagarto al sol!
Alternando mar, sol y caipirinha sin azúcar, hasta la hora de meterse a la sombra y un poco más.
Cuando fue hora de volver al sol, fue siestita maravillosa con el rugido del Mar arrullandome.
Sin internet desde temprano hasta ahora (20.40), si acaso música en el Celu.
Como anochece temprano, a eso de las 16 salí de la playa, tomé tremendo café para despertarme, y me fui al gym.
Volví luego a la habitación, bajo una de esas lluvias tropicales que se precian, lavé un par de ropitas, y me bañé.
Me maquille!
Sorprendida de lo linda que estoy, me arreglé un poco para cenar y disponerme a ver el show, pero antes de eso, me encuentro en el bar central tomando un whisky con soda, por momentos con frío, por otros con calor, así que sin mangas pero cargando un saquito.
En fin, que esto se publicará cuando se publique, que imagino que Latinoamérica es toda igual y por muy 5 estrellas, un sábado a la noche no se va a arreglar la internet...
Seguimos relajándonos...

P.D. Lo que no logro que me guste de Brasil es la música brasileña

viernes, 12 de junio de 2015

Primer día

Bueno, empezando por la maldicion que me acompaña en cuanto a aeropuertos, arrancamos con una demora de tres horas, que resultó muy divertida, gracias a una pareja gay que decidió que era buena idea emborracharse conmigo.
Finalmente, avión, ellos mismos me avisaron de tres asientos vacíos, donde dormí algo como tres horas, y llegar.
Una hora más en ómnibus, amanecer en el camino, y llegar al hotel. Check in, habitación, wi fi, noticiero de "allá", deshacer la valija, todo mientras tomaba café preparado en la cafetera que hay en la habitación, ducha, bikini (optimista ella), y a desayunar.
Sanito, fruta, jugo de mango, huevos revueltos con queso y sí, más café.
A la playa al fin.
Mar, hermoso Mar, intenso, cálido, verde Mar.
Pero llovizna, viento y frío, que sumado al cansancio y las cabeceadas, terminaron por hacerme dejar por hoy al Mar y dirigirme a la pileta.
Ahí, vaso de agua de coco, luego caipirinha de frutas con edulcorante, y un rato de fiaca con música en auriculares.
Llovizna, insiste, y me doy por vencida.
Almuerzo, y a buscar mi lugar en el mundo: un lugar donde fumar, tomar unos tragos y leer, bajo techo y sin frío, hasta que sea una hora razonable para irme a dormir temprano, que mañana será otro día.
Por ahora, encontré donde fumar, el bar aún no, así que esto es una pausa en el camino...
Seguiremos la bitácora...

jueves, 4 de junio de 2015

Y del olor del mar, tampoco les hablé?

si quieres saberlo
si puedo explicarlo
me pongo a hablar del olor del Mar

Dragón profundo de bramidos húmedos
que ha pasado eones mirándonos sentirnos inmortales,
lleva en su aliento cada uno de nuestros suspiros

Desde su tremenda calma inquieta nos vocifera para hacernos entender que somos milimétricos, insignificantes

Y con su grito rugiente nos envuelve, nos abraza, nos acaricia, nos despeina y nos inunda la piel, los ojos, la boca, los pulmones y el alma

Así quedamos, llenos de naufragios, barcos piratas, sirenas, pescadores y buscadores de perlas

Llenitos de Mar