jueves, 26 de marzo de 2009

La 100

Entro y descubro que esta es la entrada número 100. Parece que eso produce una especie de responsabilidad, como que uno no puede escribir cualquier cosa, como que tiene que ser algo importante.
No sé si tengo algo importante para decir. No sé si alguna vez tengo algo importante para decir. No sé si lo que digo habitualmente alguna vez es importante.
Sé que hay momentos en que uno siente una seguridad en sí mismo que no es permanente. Pero en esos momentos, uno cree que lo que dice es La Verdad, que es En Serio. Después uno lo cuestiona, y creo que eso es mejor.
Ahora no es uno de esos momentos.
Ahora escucho a los que me quieren, muchos coinciden en lo que dicen que ven de mí, la mayoría. Y principalmente lo que dicen es que hace años que estoy metida en un tsunami, y que de lo que me agarro es de mi ámbito laboral, porque debido a su importante capacidad de homeostasis - que tanta bronca me produce, que hace el cambio tan difícil - debido a eso, decía, es lo único que se ha quedado quieto en los últimos 10 años.
Los últimos 10 años, en que pasó de todo, en que todo cambió, en que tuve que aprender la frustración, en que tuve que aceptar que no se logra lo que uno quiere ni siquiera rompiéndose el lomo. Que a veces no tiene que ver con el esfuerzo que uno haga. Que muchas veces las cosas suceden a pesar de lo que uno desea, de lo que uno hace, del esfuerzo que uno deposita.
Los últimos 10 años.....
Es mucho, no?
Y pronto podré estar hablando de los últimos 19 años, en que me mudé de país, y diré, los últimos 19 años....
Y todo parece ser cuestión de tiempo, pero no es así. Es que todo el tiempo pasa de todo, mucho, muchísimo, y no sé, hay gente que se aburre, no sé cómo hacen, yo sueño con 3 semanas de rutina, ya no digo 3 meses, no digo 3 años, 3 semanas, nada más, en que no pase nada, en que todo se quede quieto.
Nada se queda quieto. Nunca. Y 10 años de que nada se quede quieto les juro que fatiga al más fuerte, al mejor plantado, al que más ganas de joda tenía, al mayor junkie de adrenalina.
Será la vejez? Eso significará el paso del tiempo? Eso será lo que marcan las 100 entradas en el blog?

miércoles, 11 de marzo de 2009

Querido Saúl

Si estás en algún lado donde estas palabras te lleguen; si realmente, como quedamos, me estás reservando mesa de pista en el infierno para cuando me toque alcanzarte; si estás emborrachándote con Southern Confort con la Janis; si podés escucharme, Saúl, feliz cumpleaños, te quiero tanto como siempre, seguis siendo mi padrino, lo seguirás siendo siempre, y en cada cosa que me enseñaste, en cada cosa que elegiste no enseñarme, marcándome por qué yo no debía saber hacer eso, estás y estarás siempre conmigo en mi vida.
Para desgracia de muchos que me quieren, Saúl, yo te sigo queriendo. De alguna forma, creo que después de todo, y después de tantos años sin vernos, me tocó ser tu viuda, aún a pesar de tu verdadera viuda y madre de tus hijos, a quienes no conozco.
Espero que estés ahí, como quedamos, con todos quienes se nos adelantaron, y algún día nos reuniremos y me dirás "eh! dañada!" y me juntaré con ustedes a tomar ese trago que nos quedamos debiendo.

Reflexiones a partir de la nada...

Charlando con un compañero, en referencia a otro tema, surge el dato de un criminalista que acuñó un concepto según el cual el contacto de un objeto con otro deja marcas tanto en uno como en el otro.
Dejando decantar esto, obviamente sin percatarme de ello, me descubro en la ducha - donde casi siempre pienso, no sé por qué - una vez más tratando de recordar de quién es esa frase que dice algo parecido a que si uno mira dentro del abismo por el tiempo suficiente, el abismo empieza a mirar dentro de uno.
Viene a ser básicamente lo mismo, si quieren, también, transferencia y contratransferencia, o los efectos básicos de la interacción social. Pero eso no es lo importante.
Lo importante en serio es que uno muchas veces desearía meterse en serio dentro de un pote de yogurt, que nada lo moleste, que nada lo incomode. Pero el pote de yogurt está apoyado en algún lugar, y el abismo lo rodea, y ruge y clama y reclama tu presencia. Y una vez que el abismo está dentro tuyo, no podés meterte en un flotario, porque el abismo entra ahí con vos y no tiene ni un poquito de intención de dejarte en paz, de permitirte relajarte.
El punto entonces, es que uno ha pasado el tiempo suficiente en el mundo, transitando, tocando, permitiendo ser tocado, por tanta realidad, taaaaanta realidad, que ésta se ha metido bajo la piel. Y ya no sirve meterse en la cama y no levantarse durante 3 meses. No sirve encerrarse en ningún tipo de institución, aunque lo mantengan a uno totalmente dopado. No sirve - por lo tanto - doparse. No hay forma de irse de la realidad. La realidad está adentro de uno y no hay forma de sacarla o de olvidarse de ella.
Basta, es una mierda más.
SSDD diría nuestro buen amigo Stephen King (Same Shit, Different Day)