domingo, 22 de febrero de 2009

sábado, 21 de febrero de 2009

Ah... los ignorantes...

En los primeros años de la universidad tuve una profesora maravillosa, que un día nos hizo poner en palabras nuestros prejuicios. Recuerdo que yo dije: "yo no dejo de hablar con uno porque sea amarillo, negro o violeta, pero con un imbécil no hablo"-
Cuesta a lo largo de la vida sostener los principios, pero resultó que ese prejuicio lo fui sosteniendo pasando décadas y décadas.
A veces toca tener como inmediato superior a uno de estos, imbécil, ignorante y para peor, con ínfulas de autoridad.
Ok, ese es otro de mis problemas. Yo no le reconozco autoridad a quien no la tiene. Vaya, es complicado, no? Para mí la cuestión de quién tiene autoridad está muy relacionada con a quién respeto, y en lo laboral, suele estar relacionado con el conocimiento de la materia en la que trabajamos.
Así que nada, a veces estas personas pretenden "aplicar" pequeños ejercicios de autoridad sobre uno, que si cumplimiento de horario, que si le entreguemos copia de nuestro currículum, y bobadas así.
Mientras tanto, como resulta que en internet está todo - o casi todo - lo que uno va dejando como huellas en su hacer, pues he tomado la manía de "googlear" a ciertas personas. Hay algunos que tienen el culo sucio, y casualmente aparecen los datos en internet. Dirán ustedes, "encontras información que no te sirve para nada, pues no tenés a quién dársela". Sí, es cierto. En ocasiones uno la puede usar, en otras tarda años.
Pero la vida da muchas vueltas, y he visto ir y venir a muchos jefes míos, pero mientras tanto, uno intenta de ninguna manera subordinarse a un bicho como ese. Trata obviamente de no hacerse mala sangre, que para problemas ya tiene uno suficiente con la vida cotidiana, y también sé que la gente se estrola sola contra la pared.
En fin, que a veces un sábado a esta hora, en vez de estar aprovechando para dormir un rato, me encuentro escribiendo sobre los jefes...
Nada, una vez más encontraré mi Currículum, lo actualizaré, y se lo restregaré en la jeta. Y luego veremos cuánto más tiene uno que aguantar de que le jodan la existencia.
Lo peor es que siempre me sale de adentro la veta punk, las ganas de ser yo quien los estrole, quien se ensucie las manos, y me cuesta un esfuerzo tremendo no hacerlo.
(autocensurado y editado 1-3-09)