Hay personas que, por un motivo u otro, ocultan una parte de su vida. Hacen como si no existiera. Como si nunca hubiera sucedido. Se la tragan, la disimulan, se la amputan.
Hay quienes tienen fatos, quienes tienen otra familia en simultáneo, quienes tienen una enfermedad estigmatizante, quienes tienen un pasado que podría juzgarse como inapropiado, quienes tienen una elección sexual diferente....
Lo que se desarrolla es una capacidad de poner capas de concreto, de no inmutarse ante cada comentario...., de poner cara de poker, y a veces, hasta de olvidarse en serio de lo que sienten.
Hay algunos que son más caraduras, hay otros que chapean con su parte oculta, y otros más de los que nunca te vas a enterar de lo que ellos sienten que es "su secreto".
De todas formas, sea como sea el mecanismo, puedo asegurarles que cansa. Cansa, estresa, requiere mantener un grado de alerta para que los dragones no se escapen de su calabozo subterráneo cerrado con enormes cadenas y candados de hierro forjado.
Y uno los ve, y parece que no pasara nada...
Y quizá es como dicen los ingleses y "todos tenemos algún esqueleto en el placard", y entonces todos jugamos a juegos de mostrar y esconder...
Y aquellos que saben, que conocen de "nuestro secreto", esos comentarios que nosotros hemos aprendido a sentir como que no nos competen, tal vez sientan que nos duele, nos asusta, nos aumenta el alerta, nos enoja, no sé.
Y en otros momentos, los demás se olvidan, y uno recibe una cuchillada en pleno pecho, y pone cara de poker, y sigue con la vida, como si no pasara nada, como si esa parte amputada no existiera, nunca hubiera existido, mientras que por dentro los huracanes nos despeinan hasta el esqueleto y el estómago se pega a la parte alta del diafragma. Pero nunca, nunca, nunca, nadie verá que nos tiemble un párpado, que se contraiga la comisura de nuestros labios, que nos tiemble la mano.
Eso nos hace más fuertes?
A veces creemos que sí.
Nada, Goffman básico. "Estigma, la Identidad Deteriorada". Nada nuevo, siempre vuelvo a mi primer amor.
